Banco de palabras
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A continuación, encontrará un nuevo método de “ahorro” para sus hijos: los niños aprenden una nueva palabra todos los días y luego la guardan en un “banco” personal. Día a día, recurren a estos “ahorros” para divertirse y reforzar la lectura.

 

Deje que cada niño decore un fichero con dibujos coloridos o calcomanías. Entre los separadores (ordenados alfabéticamente) coloque suficientes fichas como para llenarlo. Cada mañana, retire una ficha y pida a sus hijos que piensen en una nueva palabra para agregar. Cualquier palabra servirá. Escriba con letra grande y utilizando letras mayúsculas y minúsculas mientras sus hijos observan y repiten la palabra. Permita que sus hijos manipulen las fichas y hagan lo que quieran con ellas durante un rato. Sus hijos quizás quieran dibujar sobre ellas, enviarlas por un buzón de correos de juguete, leérselas a un amigo, clavarlas en un tablero de anuncios, o pegarlas sobre el refrigerador. Una vez que los niños hayan terminado de jugar con las palabras, ayúdelos a archivarlas en el “banco” detrás de los separadores con las letras correspondientes. Cada mañana (o a cualquier hora del día) sus hijos podrán retirar las fichas con palabras viejas, leer o repetir las palabras, depositar nuevamente las fichas y recibir una nueva palabra. Una vez que el niño haya “ahorrado” durante un tiempo, en vez de retirar todas las palabras y revisarlas en un solo día, retire una palabra de cada letra del alfabeto o retiren todas las palabras archivadas en una letra.

 

Materiales: un fichero para fichas de 4 x 6, un paquete de separadores con el alfabeto, fichas, pequeños dibujos para recortar o calcomanías, pegamento blanco.

 

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